En un caso estremecedor que sacudió a la localidad bonaerense de Tapalqué y generó amplio repudio social, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la condena a 30 años de prisión contra Jorge Antonio Torres, un pastor acusado de secuestrar, violar y someter a atroces abusos a una adolescente entre los años 2011 y 2013.

El horror comenzó cuando la víctima, una joven de 18 años en ese entonces, logró escapar en 2013 del lugar donde se encontraba cautiva desde diciembre de 2011. Allí, según la investigación judicial, era sistemáticamente violada, golpeada, mutilada con un arma cortante y obligada a mantener relaciones sexuales con animales y con hombres que el agresor seleccionaba y “convocaba” para cometer los abusos.

Torres, quien se desempeñaba como pastor y había conocido a la joven en una iglesia de los Testigos de Jehová, utilizó su rol religioso para acercarse a ella, manipularla emocionalmente y aislarla de su entorno. Luego la mantuvo encerrada en una fábrica de su propiedad, donde se concretaron los delitos, consignó TN.

El caso generó una fuerte conmoción en Tapalqué. Tras conocerse la detención de Torres, vecinos del lugar incendiaron su casa en la calle Marmisolle al 200. En ese domicilio, la policía secuestró elementos clave para la causa, como una computadora, celulares, chips telefónicos y marihuana.

En 2015, el Tribunal Oral Criminal N°2 de Azul lo condenó a 15 años de prisión. Sin embargo, tanto la fiscalía como la defensa apelaron el fallo. La Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó parcialmente la sentencia y devolvió el expediente al tribunal original, que reconsideró el caso y elevó la pena a 30 años de prisión.

La defensa de Torres intentó apelar la condena ante la Corte Suprema, pero su recurso fue finalmente rechazado, dejando firme la pena máxima impuesta por los jueces del Tribunal de Azul.

El fallo fue celebrado por organismos de derechos humanos y colectivos feministas, quienes destacaron el valor de la víctima al relatar los abusos sufridos, y subrayaron la importancia de que el Poder Judicial actúe con firmeza en casos de violencia sexual extrema y esclavitud moderna.

Este caso pone nuevamente en foco la necesidad de fortalecer los sistemas de protección frente a las violencias de género, la manipulación espiritual y la explotación sexual, especialmente cuando los agresores se valen de posiciones de poder o confianza.